Mel Zelaya

El país enfrenta una de las conspiraciones más graves desde el golpe de Estado de 2009. El fiscal general, Johel Zelaya, reveló pruebas irrefutables de un plan criminal para asesinar al expresidente José Manuel Zelaya Rosales y provocar la salida anticipada de la presidenta Xiomara Castro, con el objetivo de impedir las elecciones generales de 2025 y devolver el poder al bipartidismo y las élites económicas.

“Dicha conspiración tiene como objetivo paralizar al Estado, alterar el orden constitucional y poner en riesgo la paz social y la democracia misma; es decir, que no se realicen las elecciones generales de 2025”, afirmó el fiscal.

La investigación del Ministerio Público, respaldada por evidencia técnica, científica y documental, derivó en la captura de Arcadio López Estrada, Perfecto Jesús Enamorado Paz y Antonio David Kattán Rivera, acusados de terrorismo y tentativa de asesinato.

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“Las pruebas que hemos obtenido y que ya se encuentran en poder de los órganos jurisdiccionales confirman que estas personas están participando en una conspiración criminal, cuyo objetivo es atentar contra la vida del expresidente de la República, José Manuel Zelaya Rosales. Este atentado va más allá de ser un hecho aislado; forma parte de un plan mayor”, declaró.

El fiscal subrayó que el plan busca “votar al gobierno” y así forzar la destitución de Xiomara Castro, en un claro intento de restaurar el control político del viejo régimen.

Entre las pruebas figuran grabaciones impactantes en las que los conspiradores detallan cómo eliminar físicamente a Mel Zelaya para quebrar el actual gobierno.

“Todo se arregla matando a ese hijo de la gran puta de Mel Zelaya, hermano… ya está el plan, loco; un mes te pongo y el gobierno cae. Por eso hay que meter preso a Romeo Vázquez Velásquez, porque se cagó y no lo mató, y la orden era matarlo cuando lo sacaron en el 2009”.

Estas palabras revelan que el objetivo de asesinar a Zelaya no es nuevo, sino la continuación de la agenda golpista de 2009, cuando Romeo Vázquez Velásquez, hoy prófugo, recibió la orden de ejecutarlo.

El propio expresidente Zelaya reaccionó con contundencia desde su cuenta oficial de X: “Se confirma que sí existió un plan para cegarme la vida en el 2009”.

Este mensaje no solo ratifica la denuncia de la Fiscalía, sino que expone la persistencia de los enemigos de la refundación, quienes desde hace 16 años buscan eliminar a la figura más representativa de la resistencia popular.

El trasfondo político es evidente: destruir la refundación y frenar las transformaciones que el gobierno de Xiomara Castro ha impulsado en beneficio del pueblo. De concretarse, el asesinato de Zelaya y la caída del gobierno devolverían el poder a las oligarquías y grupos que históricamente han saqueado al país.

El ministro Ricardo Salgado advirtió: “Queda al descubierto el plan de magnicidio y golpe de Estado, y ya salen los voceros del fascismo a insultar al fiscal… nunca fue religiosa ni por la paz. Alerta todos que al fascismo debemos parar”.

Este intento de magnicidio no es un hecho aislado, es un golpe directo contra el pueblo hondureño. Manuel Zelaya, Xiomara Castro y Rixi Moncada encarnan un proyecto que ha desafiado a las élites, recuperado derechos y fortalecido la soberanía nacional. Quienes hoy conspiran para asesinarlos buscan silenciar la voz del pueblo y reinstalar el viejo orden.

¡No detendrán las elecciones, la refundación continúa!

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