
La derecha en Honduras está sofocada; se está ahogando con su candidato, Salvador Nasralla, quien sigue demostrando que no está facultado para ocupar ningún cargo de elección popular debido a su falta de liderazgo, por su narcisismo y desequilibrio mental. Personalidad que incluso no es aceptada a lo interno del Partido Liberal.
A las 10 familias a las que les pertenece el poder económico, no les basta con utilizar las iglesias, mismas que se movilizaron el 16 de agosto en representación del bipartidismo en Honduras. Marcha que contó con la presencia de políticos que buscan, a través de la religión, ganar votantes.
A esa misma oligarquía tampoco le basta la utilización de sus medios de comunicación para llenar de mentiras, desinformar y montar campañas en contra del gobierno de la presidenta Xiomara Castro, de la candidata Rixi Moncada; en contra del proyecto de la refundación de LIBRE.
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Televicentro, Grupo Opsa, ICN (medio que pertenece a Banco Atlántida), Radio Cadena Voces, entre otros medios privados, son la evidencia que en el país el periodismo está en decadencia y representa los intereses de grupos de poder, cuya intención es retornar a los tiempos de narcodictadura en los que se incrementó la riqueza de esos empresarios.
A los turcos en Honduras tampoco les basta con la mediática y acude a la ultraderecha facista estadounidense para montar una campaña en el marco de un año electoral en Honduras. Eso es el resultado de los devaluados candidatos que poseen.
La artillería de la oligarquía se está acabando, los cartuchos se están terminando, pero el temor que le tienen al pueblo sigue aumentando. ¡Qué miedo le tienen a LIBRE!
La ruta de la segunda victoria del pueblo inicia en San Pedro Sula con la movilización convocada para el 30 de agosto, donde se mostrará la unidad granítica de Libertad y Refundación que con más de 30 mil colectivos a nivel nacional avanza sin temor; avanza para derrotarlos una vez más.