
En las últimas semanas, voces desde Washington han intentado revivir la narrativa del llamado “Cartel de los Soles”, un supuesto grupo criminal dentro de las Fuerzas Armadas de Venezuela que, según autoridades estadounidenses, controla el narcotráfico regional. Pero más allá de los titulares, hay un hecho imposible de ocultar, jamás han presentado pruebas sólidas de que ese cartel exista.
El “Cartel de los Soles” es, en esencia, un fantasma político, un imaginario fabricado que aparece y desaparece según las necesidades de la geopolítica. Primero acusaron al presidente venezolano Nicolás Maduro de ser antidemocrático, luego terrorista, después narcotraficante; ahora vuelven a sacar del cajón este expediente para intentar conectar a Honduras en un relato que no le pertenece.
Lo llamativo es que este supuesto cartel, sin pruebas, aparece de repente vinculado a Honduras mediante acusaciones de rutas aéreas y hasta supuestos nexos con el Partido Libertad y Refundación (LIBRE). ¿El motivo? Las elecciones del 30 de noviembre.
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El Partido Libre, que gobierna actualmente bajo la presidencia de Xiomara Castro, encabeza todas las encuestas. Una reciente medición de la encuestadora mexicana TResearch coloca a Rixi Moncada con más del 50% de la intención de voto, muy por encima de una oposición bipartidista que no logra calar en la ciudadanía.
En este contexto, resulta claro que la conexión entre Honduras y el imaginario “Cartel de los Soles” no responde a la realidad del país, sino a una campaña internacional de descrédito. El objetivo es evidente, debilitar la candidatura de Moncada y abrirle espacio al bipartidismo para que retome el poder.
No es casual que fiscales estadounidenses y congresistas republicanos sin mayor peso en la política internacional aparezcan de la nada hablando de Honduras. Cada vez que un proyecto popular de izquierda crece en América Latina, Estados Unidos recicla el mismo libreto, acusaciones de narcotráfico, terrorismo o vínculos criminales, todo para justificar injerencias y frenar los procesos de cambio.
En Honduras no existe ningún “Cartel de los Soles”. Lo que sí existe es un pueblo consciente, digno y en resistencia, que ya decidió en las calles y lo reafirmará en las urnas.
La narrativa del “Cartel de los Soles” es un pretexto para sembrar miedo. Sin embargo, el mensaje popular es claro, el 30 de noviembre el pueblo hablará en las urnas y consolidará la segunda victoria popular.
Los ataques internacionales, lejos de debilitar el proyecto de refundación, confirman que la refundación en Honduras no se detiene.