
El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, recibió con ínfulas de grandeza el primer vuelo con venezolanos deportados por el gobierno de Estados Unidos bajo el acuerdo en el que Donald Trump pagará 6 millones de dólares por 300 personas que serán encarceladas sin ningún tipo de juicio en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en el país vecino sin importar su nacionalidad.
Encadenados con grilletes y con las cabezas rapadas llegaron a El Salvador este 16 de marzo 248 venezolanos deportados por el gobierno de Donald Trump acusados de pertener a grupos criminales. Según el presidente de Estados Unidos, todo aquel venezolano que sea mayor de catorce años y que no tenga ningún tipo de permiso de permanecer en suelo norteamericano, será inmediatamente catalogado como integrante de la pandilla “Tren de Aragua”.
Hasta el momento el gobierno de EE.UU. no ha identificado a los venezolanos deportados ni ha presentado pruebas que confirmen vínculos criminales ni que hubieran cometido delitos en Estados Unidos.
La trata de personas significa el reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coerción y constituye un delito en el derecho internacional. Sin embargo, con la nueva política de Trump y la complicidad de Bukele, la trata de personas parece estar legalizada y lo peor, a nivel de estados.
Los migrantes que estarán recluidos en El Salvador no son salvadoreños y tampoco han sido sometidos a juicio; el único delito que han cometido es ser venezolanos mayores de 14 años. Además, no existen pruebas de que hayan cometido delitos en suelo estadounidense y todo parece indicar que esta es una política de odio racial y supremacista de parte del país de las barras y las estrellas.
Por su parte, Nayib Bukele, en tono burlesco escribió un tuit dirigido al juez James Boasberg que intentó aplazar la deportación de los venezolanos por 14 días, pero que fue ignorado por el gobierno de Trump. “Too late” y con un emoji de risas respondió Bukele en la red social X.

Este es un hecho sin precedentes en el derecho internacional y solo cabe bajo la figura de trata de personas, alejando a las víctimas de país natal y, sobre todo, de sus familias.