
El “Pollo” está desplumado, y no precisamente por gripe aviar. Una embarcación encontrada con droga en los expedientes judiciales del narcotraficante Geovanny Fuentes tiene como propietario nada más y nada menos que a Power Chicken, la empresa del actual alcalde y candidato del Partido Liberal en San Pedro Sula, Roberto “el Pollo” Contreras.
Este hecho compromete gravemente a quien también preside el Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), dejando claro por qué defiende con tanto ahínco el narcovídeo que involucra al “inmaculado” Mauricio Villeda. En dicho video se evidencian vínculos con estructuras criminales. Contreras, lejos de condenar estos hechos, ha salido públicamente a respaldar a Villeda, asegurando que el Partido Liberal lo “protege y acuerpa”. La pregunta es inevitable: ¿cómo no va a acuerparlo, si entre mafiosos se protegen?
Según información revelada por Pro Honduras Network, “una lancha registrada a nombre del actual alcalde Roberto Contreras terminó en manos del narco Geovanny Fuentes. Fue usada para mover coca, participó en torneos de pesca en Roatán, y aun así… nadie da la cara. La ‘Power Chicken’ dejó más que olas en el mar”.
Los documentos judiciales del caso Fuentes Ramírez narcotraficante condenado en EE.UU. revelan que la lancha, aún registrada a nombre de Power Chicken, habría sido utilizada en actividades relacionadas al traslado de drogas. Aunque los abogados de Contreras afirman que la embarcación fue vendida, lo cierto es que “no existe a la fecha una declaración directa del empresario, ni se ha presentado públicamente documentación que respalde la operación”, según Pro Honduras Network.
Lo más delicado es que “esa misma lancha participó en torneos de pesca en Islas de la Bahía, pilotada por los hijos de Geovanny Fuentes. En esas competencias internacionales cócteles, brindis, premios, figuran en fotos y videos narcotraficantes celebrando con empresarios de la élite económica hondureña”, cita el medio. Dichos registros visuales están en poder de Pro Honduras Network.
En los documentos judiciales del caso Fuentes, también aparece un listado de contactos telefónicos que incluye a altos mandos militares, policías y empresarios hondureños. Uno de esos números corresponde a Roberto Contreras. Su nombre figura tanto en esos registros como en la documentación legal de la lancha “Power Chicken”, registrada ante la Marina Mercante. A pesar de que medios locales mencionan una supuesta venta, la embarcación permanecía registrada a su nombre hasta su incautación en septiembre de 2021 durante un operativo antidrogas en la zona norte del país.
Roberto Contreras ha declarado sin tapujos que “las elecciones no se ganan en las urnas, sino en el CNE”, un discurso que revive los fantasmas del fraude electoral de 2017, encabezado por el nacionalista Matamoros Batson, quien manipuló los resultados a favor de Juan Orlando Hernández. Hoy, esa misma lógica del fraude reaparece, los mismos operadores ahora impulsan la candidatura de Jhosy Toscano al Consejo Nacional Electoral, con el respaldo absoluto del Partido Liberal y su gemelo ideológico, el Partido Nacional.

La meta es clara, controlar el árbitro electoral para garantizar el fraude, como ya lo hicieron en 2013 y 2017. No buscan fortalecer la democracia; quieren perpetuar una estructura mafiosa con fachada de institución.
Ahora todo tiene sentido. ¿Por qué no apoyan la venida de la CICIH? Porque les tiemblan las plumas. La llegada de una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras pondría en evidencia los vínculos entre políticos, empresarios, narcos y estructuras criminales. El Partido Liberal hoy golpista y en decadencia no quiere ni querrá a la CICIH, porque significaría el fin de su red de protección e impunidad.
El Partido Liberal es dirigido por mafiosos disfrazados de empresarios, traficantes de influencias y narcopolíticos de corbata rojo, blanco, rojo. Hoy, se ha convertido en el alero político del crimen organizado, y Roberto “el Pollo” Contreras es la mejor muestra de ello.

Desde respaldar a Villeda hasta ocultar nexos con una narcolancha, la historia del “Pollo” es solo un capítulo más en el libro negro del liberalismo golpista.
Quienes hoy defienden a Mauricio Villeda, impulsan a Jhosy Toscano y se oponen con uñas y dientes a la CICIH, no lo hacen por principios. Lo hacen por miedo. Porque saben que la justicia no come cuento, y cuando caiga uno, caerán todos.
El Pollo se despluma, y su caída arrastra consigo las plumas podridas del Partido Liberal.